¡Madre mía! La que nos hemos
dado. Hoy se quería enseñar, que no demostrar, las virtudes de los montes
alicantinos y “joder” que se lo le han mostrado, a un invitado de lujo, “Toñares
el gallego”. Nos lo presenta Serxio, otro gallego de armas tomar, el susodicho,
Toñares, se encuentra pasando unos día en nuestra tierra y como buen aficionado
a la montaña, le hicimos disfrutar de una mañana para no olvidar.
Serxio y el, nos esperaban en el punto
de la vía verde, donde comienza la subida al Palomaret, junto a la gran balsa
de regadío. Carles y un servidor, nos juntamos en San Vicente, el viene de
Alicante; ocho y treinta, comienza la ruta para nosotros, tras una hora de
pedaleo y veinte km, en nuestras piernas, llegamos a nuestra cita con los “gallegos”.
Ellos vienen de Xirau, donde dejaron los coches y desde allí, se dejaron caer
hasta el lugar de reunión.
Tras la presentación, de obligado
rigor, comenzamos la ruta de hoy. Primero subida, fantástica, hasta el estrecho
de Agost, posteriormente, continuamos subiendo dirección a Xorret de Catí,
culminamos el puerto de Catí y abandonamos la carretera, para comenzar la
siguiente parte del recorrido por tierra. Subidas y bajadas se suceden, los
senderos, dan paso a caminos más anchos y estos a otros sederos más estrechos y
escarpados.
Toñares, nos comenta que en su
tierra, el terreno es más “blandito”, en esta zona, es lo que hay, piedras,
piedras y más piedras.
Hasta este punto, los gallegos,
sin problemas, superando pendiente a pendiente. Comenzamos el que creíamos era
el buen camino de subida a las antenas, nada más lejos de nuestra imaginación, ¡madre
mía! Nos equivocamos y cogimos un sedero de los que dan verdadero miedo,
descarnado, roto y con una pendiente, de esas que quedan fuera de toda
calificación. Pues hasta en esas circunstancias lo pasamos y, para sorpresa
nuestra, ante nosotros aparece un nevero que no conocíamos. Se encuentra en muy
buenas condiciones de conservación, con lo que dimos por bien aprovechada la
equivocación, que de otra manera no nos habría permitido llegar a verlo.
Al final llegamos al camino de
las antenas, lo seguimos y llegamos a ellas. Mil trescientos metros de altitud.
Ahí queda eso.
Luego el descenso, vertiginoso,
hasta la carretera de servicio que lleva hasta Castalla; en esta ocasión, nos
dirigimos a la izquierda, “avituallamiento” bien ganado en Xirau.
Ya sentaditos y relajados
comentamos la ruta de hoy. Todos y digo todos, estamos contentos, en nuestras
piernas, en mi caso, doloridas, setenta km y casi, 1.500 mts de pendiente
positiva. No está mal para unos sesentones como Carles y un servidor. De los “gallegos”,
nada que decir, pasaron por esta ruta con una calificación de 100 sobre 10.
¡Bravo!.
A ver si en otra ocasión, que nos
visite Toñares, se nos ocurre otra ruta donde disfrutar, todos, de esta nuestra
geografía.
Besitos y abracitos para
todos/as.
(En esta ocasión no tengo fotos que incorporar al bloc, pero con una salida tan intensa no hubo tiempo para hacerlas, otro día)
LA RUTA
ESTRECHO-XORRET-ANTENAS DE PERE PAIA
Al final SI tenemos una foto de los "galegos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario