Clima primaveral, sol radiante,
aire neutro, ¡No se puede pedir más! Para una salida en MTB. Como es de
obligatorio cumplimiento, nos vestimos como cebollas, capas y más capas, que a
lo largo de la mañana nos iremos despojando.
Comenzamos tres “almorzadores-malotes”
y nos dirigimos al punto de encuentro con Xersio, que no puede ser otro que
“vía verde, a la altura de la balsa que encontramos a la altura de Agost”.
Puntualidad, más o menos,
cumplida. Ya somos cuatro, emprendemos la subida al estrecho, preciosa, como
siempre, una vez allí y tras el reagrupamiento, continuamos subiendo. Esta vez,
por sendas y trialeras, que pondrán a prueba nuestra “muy justita”, técnica.
(Hablo por mi, claro está) Tras esta primera diversión, el camino se ensancha
y, en este punto, comienza otro tipo de prueba, a partir de aquí, la subida
alcanza su máxima expresión. Rampas de más del veinte por ciento, piedras,
roderas y un camino que te exprime al máximo. Cuando llegas arriba y contemplas
las vistas hacia la Sierra del Cid, te das cuenta lo que has subido.
Nuevo reagrupamiento. Hoy no es
mi día, he fundido el 60 % de mi batería, cosa extraña, ya que en otras
ocasiones y a estas alturas, solo consumí el 40 %, con esta perspectiva, la
ruta pensada para hoy, me queda muy complicada de realizar, por lo que
decidimos hacer la menta y una vez llegado a la carretera que sube a las
antenas, decidir.
Mientras tanto Xersio, pletórico,
comenzó su particular ruta, que le llevo hasta el nevero y luego a las antenas.
¡Bravo!
Nosotros lo esperamos en Xirau,
mientras degustamos un buen almuerzo.
Tras él, bajada a casa. Yo con batería a 0 %, el resto con más del 40 %. Bueno, tengo que estudiar el hecho, no hay una lógica clara. Lo consultaré.
Los cuatro "malotes"
Restos del temporal de la semana pasada
Al final una salida muy, pero que muy, aprovechada.
Besitos y abracitos para todos/as.
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