Hay tantos Canelobres.
Hoy y aunque no era nuestra
intención, jugamos a los exploradores.
¡¡EXITAZO!! Al final descubrimos
otro Canelobre, un nuevo paso para llegar a las cuevas, como siempre buscamos,
con el mínimo asfalto.
Como punto negro, el paso por un
finca privada, el saltarnos varias señales, vallas, carteles de prohibido el
paso y alguna cadena, joder, me veo como un delincuente, pero me pregunto, ¿hay
derecho a cortar un camino?
Bueno al final, ese estrés que te
produce hacer algo que va contra tus principios, se me enseño desde niño que “prohibido es prohibido”, desaparece y el ver que llegas
a tu destino lo cambia por bienestar, satisfacción. A veces pienso que el envejecer te hace ser más
audaz o ¿será que te hace más descarado? No sé, el caso es que pasamos,
seguimos camino y nos salió bien.
Luego descenso vertiginoso, esta
vez por carretera, hasta el Mesón de Hoyos, aunque la ultima vez que estuve, no
me gustó mucho, me dicen que ha cambiado de dueños y también ha cambiado
totalmente. Tengo que reconocer que me gustó.
Al final “satisfacción” en el
grupo por el descubrimiento de la ruta y, como no, por el almuerzo.
Una vez el las Cuevas, todo es ÉXITO
Y en el Mesón de Hoyos, se nota el cambio
"YA TE DIGO"
Luego un ratito al sol, pero como si
estuviéramos en el autobús
Hoy la despedida en este punto, no pasa nada.
Besitos y abracitos para todos/as.
LA RUTA
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