Hoy nos despertamos con la
amenaza de la lluvia. Os creéis que eso nos amedranto?, pues va a ser que no. Hoy
salimos los seis magníficos, sin miedo a lluvia. Cogimos la ruta verde y no
conformes con ir directos hacia el agua, Carlitos y yo, nos atrevimos a subir a
Rincón Bello, en donde la amenaza de lluvia se materializo, comenzó a llover,
eso sí, levemente, nos respetó pero dándonos
el primer aviso.
Pusimos la directa y nos
dirigimos a reunirnos con nuestros compañeros que nos esperaban en el
MontBlanc. La bajada desde Agost, como un rayo, siempre por encima de los
cuarenta km., por hora y el agua pisándonos los talones, agua que, al final, consiguió
atraparnos a la entrada del polígono de Canastell, como ves la lluvia siguió respetándonos
hasta el final, hoy era el día de los valientes.
Una vez en el MontBlanc,
almuerzo, rico, rico, mientras contemplamos el pedazo de chaparrón que cayó y
del que nos habíamos librado.
Una prueba de nuestro logro.
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