Tras algunos intentos “fallidos”,
¡por fin! pudimos alcanzar el Pantano de Tibi.
Tres almorzadores, y digo tres,
porque últimamente, es el máximo de almorzadores que nos juntamos en las
salidas, partimos en dirección al Pantano. Primero las rampas que transcurren
por Montnegre hasta llegar a la casa
torre (todo asfalto), y a partir de aquí, nos adentramos en las pistas de
tierra que nos llevarán a la base de la presa. Nada que ver con lo que nos
encontramos en el último intento, donde una horda de barro pegajoso nos impidió
el paso.
En esta ocasión el camino, ya
seco, nos dejó vía libre y por consiguiente, tras unos pocos km, una espléndida
vista de la presa apareció ante nosotros.
Luego la subida por asfalto,
dura, dura, aunque algún almorzador con e-biker, prefirió hacer parte del
recorrido por tierra, el resto continua hasta Xirau, donde unas “muy ricas
viandas” nos ayudaron a recuperar lo perdido por el camino. ¿Qué dónde? Pues ¿Dónde
va a ser? En restaurante Xirau. Bien atendidos y a la sombra de esas
sombrillas, en esa magnífica terraza, hicieron las delicias de unos
almorzadores, necesitados de un merecido descanso.
Bueno, como veis, quien la
persigue, la consigue y con un poco de paciencia, llego nuestra recompensa,
¡llegamos al pantano de Tibi!
Como ya os comente, sombra, cervecita, viandas,
¿se puede pedir algo más?
El bocata "sangraba" que pena me dio
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