SABINAR

Bueno, casi de obligación y a la fuerza, hoy he salido por primera vez desde la última, allá por el   mes de febrero. Me las prometía felices y contentas para este año y, ¡zas! de momento y sin previo aviso, nos atacó el virus. En su lugar, un paisaje surrealista, se instaló ante nuestros ojos, “contagios mil, confinamiento, muerte,  miedo” en fin, una película de ciencia ficción y como suele pasar, la realidad, siempre, supera a la ficción.

Ahora, 9 de Mayo, salgo por primera vez desde el confinamiento, sensaciones mil, sentimientos contradictorios, feliz por salir, feliz por ver tantas y tantas bicicletas de aficionados que como nosotros, esperábamos poder salir a dar pedales, tristeza por los compañeros a los que no he podido acompañar en esta salida e imagino que en algunas más, que están por llegar.

Han bastado poco más de 23 km, aunque yo los hice exigentes, para reencontrarme con migo mismo, con la bicicleta, con el campo, aunque poco, puesto que casi todo el camino lo hice por asfalto, encontrarme con esas pendientes que tanto me hacen gozar. Luego la mirada recelosa al reloj, ¿llegaré?, claro, llegue sin problemas. El próximo día, intentaré salir un poquito antes, como ya os comenté, salí porque me obligue y por lo tanto un poco después de la hora que tenía prevista, ya estaba convencido de que no saldría, y es que, sin la motivación de los compañeros, es difícil reanudar esta actividad, a sabiendas de que una rodada, es un chute directo a lo más hondo de nuestro ser, un chute de vida.

Compañeros, espero veros pronto, os echo en falta.

Besitos y abracitos para todos/as.

¡¡CUIDAROS!!

No se si alguna vez vi tantas bicicletas juntas

Y eso que el tiempo amenazaba lluvia, 

las ganas o la necesidad, se impusieron 

¡¡BIEN!!

LA RUTILLA:

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